miércoles, 30 de septiembre de 2015

(Siglo XVIII o siglo de las luces)
La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual europeo (especialmente en Francia e Inglaterra) que se desarrolló desde finales del siglo XVII hasta el inicio de la Revolución francesa, aunque en algunos países se prolongó durante los primeros años del siglo XIX. Fue denominado así por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón. El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como el Siglo de las Luces.
Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía para construir un mundo mejor; era el cambio de las creencias religiosas por el saber y la ciencia. Fue considerada una doctrina racionalista, donde las ideas de utilidad y el desarrollo de las ciencias, deberían conducir al progreso de la sociedad, así como a la felicidad de las personas. Todo para el pueblo pero sin el pueblo, es decir, gobiernan todos aquellos ilustrados que poseen el saber y hacen todo lo que consideran bueno para el pueblo sin consultar a este. Así rugieron nuevas ideas como: igualdad política, tolerancia y religión natural. La Ilustración tuvo una gran influencia en aspectos económicos, políticos y sociales de la época. La expresión estética de este movimiento intelectual se denominará neoclasicismo.1
Sobre las suposiciones y creencias básicas comunes a filósofos pensadores de este periodo, quizá lo más importante fue una fe constante en el poder de la razón humana.

La época recibió el impacto intelectual causado por la exposición de la teoría de la gravitación universal de Isaac Newton. Si la humanidad podía resolver las leyes del Universo, las propias leyes de Dios, el camino estaba abierto para descubrir también las leyes que subyacen al conjunto de la naturaleza y la sociedad.



Se denomina "Siglo de las luces" al siglo XVIII, por prevalecer una mentalidad que hace de la ciencia y la razón verdades incuestionables que permiten el progreso de la humanidad. Desde principio s de siglo se dibujó una profunda crisis espiritual, cuyo centro fue la negación o la crítica de la iglesia católica y las monarquías absolutas. Esta lucha fue desarrollándose a lo largo de la centuria, hasta desembocar en un formidable estallido revolucionario mundial. La revolución, en efecto, se inicia en Estados unidos y despues se extendió a Francia y a toda Europa. Finalmente incendio el continente hispanoamericano dando lugar a la indepencia de las antiguas colonias españolas durante el primer tercio del siglo XIX.
La Ilustración y el Enciclopedismo son ejemplos de movimientos intelectuales que promueven estas ideas. Más que un conjunto de ideas fijas, la Ilustración implicaba una actitud, un método de pensamiento. De acuerdo con el filósofoImmanuel Kant, el lema de la época debía ser "atreverse a conocer". Muchos defensores de la Ilustración no fueron filósofos según la acepción convencional y, en un intento de orientar la opinión pública a su favor, imprimieron panfletos, folletos anónimos y crearon gran número de periódicos y diarios.
Los precursores de la Ilustración pueden remontarse al siglo XVII e incluso antes. Abarcan las aportaciones de grandes racionalistas como René Descartesy Baruch Spinoza, los filósofos políticos Thomas Hobbes y John Locke y algunos pensadores escépticos galos de la categoría de Pierre Bayle o Jean Antoine Condorcet
A finales del siglo XVIII, en Francia, surgieron algunos cambios en el pensamiento de la Ilustración. Bajo la influencia de Rousseau, el sentimiento y la emoción llegaron a ser tan respetables como la razón. En la década de 1770 los escritores ensancharon su campo de crítica para englobar materias políticas y económicas. De mayor importancia en este aspecto fue la experiencia de la guerra de la Independencia estadounidense (en las colonias británicas). A los ojos de los europeos, la Declaración de Independencia y la guerra revolucionaria anunciaron que, por primera vez, algunas personas iban más allá de la mera discusión de ideas ilustradas y las estaban aplicando.
El Siglo de las Luces concluyó con la Revolución Francesa de 1789, aunque es incuestionable que la Ilustración dejó una herencia perdurable en los siglos XIX y XX. Marcó un paso clave en el declinar de la Iglesia y en el crecimiento del secularismo actual. Sirvió como modelo para el liberalismo político y económico y para la reforma humanitaria a través del mundo occidental del siglo XIX. Fue el momento decisivo para la creencia en la posibilidad y la necesidad de progreso que pervivió, de una forma moderada, en el siglo XX.
La Ilustración no se limitó a Francia, sino que se extendió por todo el mundo. En Alemania tuvo especial importancia, y allí recibió el nombre de Aufklärung. Alemania tuvo como principal representante a Cristian Wolff (m. 1754) deísta moderado.
Como manifestaciones políticas de la Ilustración podemos citar: El despostismo Ilustrado, el parlamentarismo inglés y el Reformismo borbónico.











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